domingo, 25 de octubre de 2009

Pendejas insurrectas

Yuyos venenosos crecieron en la quijada
y me mataron cuando los corte con las muelas que enjuician
todo aquello que no puedo decir correctamente
que terrible es el sueño que te juega en contra
el horror de no tener más pasiones a las que acudir
insertar la tendencia de las olas nuevas
no es mi especialidad
las santas se vuelven santurronas cuando las luces son indecentes
y no hablo del sexo
hablo de cuando el velo de sus ojos se caen
y el velo de sus instintos también.
Por eso las aborrezco niñas del cuidado
representantes del poder de la imagen
cuidandose de las bocas que pueden mal hablar
pero huelen bien
pero hoy no voy a dar ningun nombre
pero sabes que de vos hablo
energumena insurrecta de la moda.
Te me muestras desnuda de antifaces,
me muestras tu caricatura mas bonita
la sonrisa es de goce, y no de pose
el reojo deja de existir
y me miras de frente
recordandome cuando la mugre del podio
no te tapó el corazon
y estabas sentada en el cordon tomando agua del pico
y corrías agarrada de mi mano
sin temor a mi sudor,
a mi cara semejante a cualquier otra
y no de la revista tendenciosa.
Cuando nos damos cuenta que la inocencia es sólo el recuerdo
de años pasados, de motivos anteriores,
como recurro a la ingenuidad de vez en cuando
pero vuelvo a no creerte
y vos vuelves a ignorarme
y la verdad poco interesa
porque se que está ahí el fiador de mi alma
y me avisa que recibe los noqueos
cuando me enfurezco
y la ira no me ciega
sino que me advierte que mi puño se ha cerrado
y no se va a echar atrás.
Mil besos daré!

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