jueves, 26 de noviembre de 2009

Lo haré

Con que vas a medir lo que he sufrido
Como sabes que no me duele lo que te duele
Que no lo viva no significa que no lo comprenda
Tal vez me queden grandes tus zapatos
Pero no me impiden caminar, poque voy andando
De pie me encontraste, y no soy árbol
Pero estoy hecho de lo mismo, o para lo mismo
Dejame que te de un poco de aire, oxigenar el alma
Que mas quisiera que pintar un mundo de colores vivos
Y ser mas que un fruto muerto de lienzo
Y dejar de ser la noche que intenta brillar en este día
Iluminá los pasadizos para que nos miremos
Hablá conmigo, aunque solo pueda escuchar y nada pueda decir
Que el abrazo que te voy a dar, espero, sea el llanto del hermano
Apretados, confundidos, lanzados al vértigo de reconocernos
Sin traicionar nuestros orígines a estas tierras hemos venido
Y no puedo decir mas que lo que veo, sin dejar de dudar de ello,
Justiciero callate, primero quiero una verdad, la más pequeña,
para empezar a desplazar las tinieblas del engañoso discurso
Pero hay tantas cosas que no siguen igual, porque no puedo medir,
porque no puedo calcular;
aunque poco,
puedo imaginar,
y a eso lo haré.
Y a usted señorita
que anda trenzando cabellos por no amar
la quiero tanto que pierdo el espacio.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

No me acostumbra

Con el cuerpo abrazado
por un extenso alambre de púas
intento aflojar los nudos
que en la garganta se me forman
cuando intento articular la palabra secreta
que a todo ser se le esconde
para que no pierda la voluntad
y no se entregue al abismo del no poder.
Inquieto siento las llamas que consumen
los huesos de mis inciensos,
aromas traficados del norte
rememoran algún antepasado
cuyo canto de zorzal
no logro instaurar en el tálamo
que desordenan mis ensueños
para castigarme en el regreso
por los durmientes de acero enquistado.
Como el mar no puede ensordecer
los aullidos de lobos
que allí no debieron perecer
sino andar en la marea de alquitrán
que no ensachan calles
pero que muelen las mentes
de un apretado antifaz.
Las maderas no recubren lo asesinado
porque no quieren muertos sobre muertos
como pino adulterado
con la impronta de sanar pulmones
para dar nuevas inspiraciones
a quienes no traen el equipaje
perdido en la sala de estar
de alguna desesperanza.
Silencian más los que repiten
las fórmulas de un genio traidor
que de las lamparas
salen para retomar el rol
de una luz que no se apaga en el final
e incendian los márgenes de lo previsible,
para poder hacerse audible
la palabra que no puedo pronunciar
porque un nudo de alambre de púa
se retuerce en risas
en mi garganta espinada
por la voluntad del sagrado fuego
que ahuyenta la malicie
y me torna mas solitario
que la costumbre que no me acostumbra.

martes, 3 de noviembre de 2009

Tierra que quiere paz

Las voces entonan mensajes
la vida se corporiza
en otras abstracciones
como la musical
tomando la ruta auditiva
para llegar al tirano corazón.
Los pies lentos o ligeros
revolucionan con su prosapia
la tierra seca y salada
marcando la presencia
de la humanidad en este lado.
Las trenzas ya no delatan como ahora
ni infancia ni colegio privado
relatan sus cabellos
en la espera de cabellos
sucios, pero dispuestos.
Al son de ritmos quejosos
de paisajes desoladores
de montes solitarios como uno
miradas cómplices
y juegos de amor fugaz.
Guitarrero que no frena
delatando las inquietudes
el calor nos castiga día a día
pero ese dios amarillo
nos da sangre caliente
porque estamos hechos para este ambiente.
Nada de eso yo viví,
pero mi abuelo me contó
que esa fue su vida
y lo mismo quise para mí
y quise ver la plaza
ardiendo en chinitas y cantores
el mamao que nunca falta
el recitado que refleja un alma
que es la de todos
y esperando que el cielo traiga su lluvia
para que lavemos las heridas
y vuelva a nacer un retoño
que nos grite en la cara
que le demos algo de paz!